¿Te interesa vender tus productos de pastelería al sector hostelero? Te ofrecemos los mejores consejos para conseguirlo.
¿Qué productos debes ofrecer según la época del año?
Hay algunos fijos, sobre todo los relacionados con los desayunos o meriendas, pero hay otro tipo de dulces que los clientes de cualquier establecimiento pueden demandar en fechas concretas.
Intenta variar tu oferta todo lo posible. Dulces navideños, de San Valentín, de carnaval, de Semana Santa, de la fiesta de Todos los Santos o de Halloween son algunas alternativas que te permiten diversificar lo que haces y no caer en el error de ofrecer siempre lo mismo.
La tradición es una de las claves de tu éxito. Intenta apostar por recetas de siempre y aporta un ligero toque personal que las convierta en definitorias de tu forma de entender la repostería.
Otro matiz interesante es el de la sostenibilidad. Si bien se suele prestar atención al respeto al medioambiente en lo referente a la preparación de los productos y a su envío, no debe obviarse la importancia de los productos de temporada. Su inclusión en alguna de tus propuestas contribuye a enriquecer, y personalizar, el expositor o el menú de la cafetería o restaurante correspondientes.
Apuesta por la salud
La alimentación sana es una necesidad que no puedes pasar por alto. Has de repasar muy bien la composición de cada producto apostando por evitar el uso de grasas saturadas, el exceso de azúcar o los ingredientes de baja calidad.
El cliente final conseguirá así vender tus artículos como saludables e incluir este matiz diferencial en la carta. Por ejemplo, no es lo mismo vender unos brownies sin aditivos que intentar convencer a un hostelero para que adquiera un artículo industrial poco recomendable.
La organización
Recuerda que un producto de repostería tiene un ciclo de vida determinado y que su consumo suele ser más alto que el de otras opciones. Por ello, has de organizarte muy bien para que a tu clientela no le falten nunca tus artículos. Es recomendable seguir tres pilares fundamentales.
La reposición
Imagina, por ejemplo, que un negocio te solicita bizcochos y magdalenas. Ambas opciones se caracterizan por su textura. Reponer periódicamente el género es la única manera de ofrecerle al consumidor final una experiencia más completa. Además, en su conservación inciden agentes externos que pueden terminar alterando el producto.
Si tus dulces son tu tarjeta de presentación, has de preocuparte de calcular muy bien las cantidades a repartir para lograr que cada local sirva en perfecto estado lo que preparas.
Tus clientes te piden una cantidad concreta basándose en su experiencia de venta. Sin embargo, puede haber circunstancias especiales que provoquen un aumento de la demanda. Facilitarle a quien confía en tu propuesta que te haga un pedido es indispensable.
El envío inmediato
Quien te pide unos muffins o unas tartas lo hace porque considera que las va a vender y que las necesita para atender a sus clientes. Como extensión lógica del apartado anterior, has de invertir en un sistema informático que permita enviar el pedido en el menor tiempo posible. La rapidez juega a tu favor.
Los productos a medida del cliente
Dispones de un catálogo concreto que quieres vender, pero ello no significa que no puedas crear productos específicos para cada cliente. Recuerda que la hostelería ha evolucionado muchísimo y que muchos negocios destacan por un tipo de comida determinado.
Las alternativas sin azúcar, sin gluten o con productos de cercanía contribuyen a personalizar de mejor manera la carta de postres. Además, a ningún hostelero le gusta ofrecer lo mismo que todo el mundo. Es decir, has de intentar conocer la carta disponible, la filosofía del negocio y ofrecerle alguna creación personalizada que le ayude a marcar la diferencia.
El control de calidad
Ha de llevarse a cabo periódicamente. La costumbre lleva a pensar que usando las mismas recetas o un sistema de preparación infalible el resultado va a ser positivo. No es así. Debes probar tus productos periódicamente, seguir investigando para descubrir la fórmula que te permita enriquecerlos y no dejar de innovar. Los gustos de las personas cambian a lo largo del tiempo, por lo que las recetas también deben modificarse.
Ser estricto en este aspecto evitará que sean los que compran tu producción los que te adviertan de la bajada de calidad. Recuerda que has de mantener el listón lo más alto posible, no caer en el más de lo mismo y convencer a diario de que gestionas la mejor empresa de repostería de tu ciudad.
Esperamos haberte ayudado a conocer cómo vender tus productos de pastelería a negocios de hostelería más fácilmente. Seguro que consigues el éxito que te mereces y que logras que tu oferta supere las expectativas más optimistas. Comienza ya a trabajar y repasa los consejos anteriores. ¡En tus manos está comenzar una nueva etapa empresarial!